com una mare
"(...) decidí largarme pronto a casa. La encontré helada y conecté la calefacción. Eran los primeros fríos. Me puse un tremendo jersey que compré en Londres hace veinte años y que todavía conservo para los momentos más de depresión que de frío. Su calidez me abraza y reconforta como una madre. Cuando acaba su cometido lo devuelvo al armario y me olvido de su existencia, cosa que raramente puede hacerse con una madre." Alicia Giménez Bartlett, Serpientes en el paraíso